LA SENCILLEZ
Es el valor humano que le permite al hombre celebrar con alegría, inocencia, naturalidad y humildad, los logros, triunfos conquistas, sin vanagloriarse ni olvidarse de que su éxito depende de sus dones, talentos, habilidades, pero también de quienes estuvieron a su lado para apoyarle.
El hombre sencillo, busca el equilibrio, aun en el último peldaño, porque es consciente que para permanecer en la cima requiere de fe, perseverancia,
humildad y de las personas que se encuentran en los escalones más bajos.
La persona más sencilla, es atractiva, produce confianza a quienes les rodean, es feliz, disfruta de las cosas grandes y pequeñas inclusive de las insignificantes.
En el rostro del hombre sencillo se observa la humildad, en su mirada la transparencia de su alma, en su sonrisa el candor de su alegría, en su forma de
vestir la decencia, en la forma de hablar la honestidad, en su manera de andar la armonía de su interior.
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Janeth Lourido -